La ola de calor excepcional que afectó a Europa durante el verano de 2003 se cobró más de 70.000 víctimas. El último informe del IPCC predice que las olas de calor serán más frecuentes y durarán más. ¿Cómo deberíamos anticiparnos a este tipo de situación en el futuro?
Para evitar los riesgos asociados a las olas de calor severas, la ciudad de Tatabanya en Hungría estableció un sistema de alerta en 2008, basado en la vigilancia meteorológica que puede predecir la llegada de altas temperaturas. Los anuncios se publican en los medios de comunicación invitando al público a tomar medidas de precaución: evitar salir a la calle entre las 11:00 y las 15:00, mantenerse hidratado, usar ropa de manga larga y pantalones largos, etc. Al mismo tiempo, bomberos, ambulancias, escuelas y servicios locales hacen preparativos. También se hace público una lista con los edificios públicos con aire acondicionado y puntos de distribución gratuita de agua fría.
La alerta ya se ha dado en varias ocasiones desde que el programa fue creado: tres veces en 2009 y 2010; dos en 2011; y tres en 2012. Sin embargo, es difícil calcular el número exacto de personas salvadas por esta precaución.
Fuente original: Good Planet Foundation