Más de 250 millones de personas en África no están conectadas a la red eléctrica y dependen de lámparas de queroseno o fuegos de leña para la iluminación.
En Kenia, Malawi, Tanzania y Zambia, la asociación SolarAid ha vendido más de 1,1 millones de lámparas solares. Estas pequeñas lámparas se cargan durante el día a través de un panel solar, que también tiene la capacidad para recargar un teléfono móvil. Las lámparas se amortizan en pocos meses porque reducen la compra de combustible. Con la iluminación limpia por la noche, los adultos pueden realizar las actividades extra que les aportan unos ingresos adicionales, mientras que los niños pueden hacer sus tareas y mejorar sus resultados escolares.
Cuando estas lámparas solares sustituyen las contaminantes lámparas de gasolina, desempeñan un papel benéfico para el clima: cada lámpara de queroseno erradicado significa 200 kg. menos de CO2 emitido a la atmósfera cada año, sin contar el hollín que también contribuye al efecto invernadero.
Fuente original: Good Planet Foundation