La producción de energía a partir de desechos orgánicos no es necesariamente una actividad marginal para las zonas rurales pobres. También se puede utilizar a escala industrial.
Polonia cuenta con la planta de energía más grande del mundo alimentada completamente por biomasa, denominada Unidad Verde, en Polaniec en el sur del país. Usando una mezcla formada en un 80% de derivados forestales y un 20% de residuos agrícolas, esta planta produce 205 MW de electricidad. Suministra electricidad a 600.000 familias, lo que permite un ahorro de 1,2M de toneladas de emisiones de CO2. Aunque el país depende en gran medida del carbón, el 29% de la tierra está cubierta de bosque, por lo que el recurso es abundante y renovable.
A nivel mundial, la biomasa produce sólo el 1,5% de la electricidad; por lo tanto, su potencial está en gran medida desaprovechado.
Fuente original: Good Planet Foundation