Cada año, 12 millones de hectáreas de tierras de cultivo son dañadas y sufren un deterioro de la productividad – un proceso llamado **desertificación**. Pero con una población que está creciendo constantemente, nuestro planeta necesita desesperadamente de esta productividad.
En la meseta de Loess, en el noroeste de **China**, las autoridades han demostrado que la pérdida de la tierra no es irreversible. Años de un pastoreo en exceso y la erosión, habían devastado la región con un tamaño equivalente al de Francia. Pero ahora la introducción de prácticas de cultivo sostenible, la creación de terrazas y la reforestación, han dado vida a una región que casi se había convertido en desierto. La **producción agrícola se ha duplicado**, al igual que los ingresos de los productores agrícolas. La erosión, que llevó 100 millones de toneladas de tierra al río Amarillo, y el riesgo de inundaciones ha disminuido en gran medida. La tierra se ha convertido en fértil de nuevo.
En dos décadas, la mejora de la producción agrícola ha **ayudado a salir de la pobreza a 2,5 millones de personas**. Y se ha ahorrado el equivalente a 1.000 millones de toneladas de CO2. El proyecto ha servido de inspiración a muchos otros países en todos los continentes.
**Fuente original: [Good Planet Foundation](http://www.goodplanet.org/en/60solutions/feeding-the-world/desertifcation/)**